Entre mosaicos sabrosos

Si la naturaleza veías el afán que ponemos los humanos en dibujar límites sobre el territorio, se haría unas risas. El pequeño y encantador pueblo de Darmós es un buen ejemplo de las suaves transiciones entre el Priorat y la Ribera d’Ebre. Se encuentra dentro del municipio de Tivissa, en la Ribera de Ebro, pero, por ejemplo, sus reconocidos vinos salen bajo la D.O. Montsant. La excursión propuesta es un agradable paseo que permite captar el carácter profundamente agrario de este territorio, así como la belleza de los mosaicos de cultivos que, como verdaderos artistas, dibujan los campesinos de estas tierras.

El itinerario sale del extremo oeste de la calle de Abajo (cerca de la bodega Joan d’Anguera). Se toma el camino de los Valles (hormigonado) que baja rápidamente a encontrar el camino viejo de Darmós en Móra la Nova. Más adelante, el camino atraviesa por debajo del ferrocarril y continúa descendiendo suavemente. Después se deja para continuar en dirección SO, atravesar el barranco de Nolla y ir a buscar el camino de los Coscollera. Luego se continúa por el de Darmós por Pilón.

Cuando se llega a la altura el pueblo se gira en dirección a él siguiendo el camino del Canal del Pantano que llevaba el agua desde el embalse de Guiamets. Describiendo unas amplias zigzags para adaptarse al relieve, el camino atraviesa algunas manchas de bosque y permite reencontrar el camino hormigonado de los Valles, bajo el pueblo. El itinerario transcurre entre una sensacional mezcla de cultivos de viñas, olivos y frutales. Las vistas sobre Darmós, construido en un balcón elevada sobre el valle, son magníficas.

Cerca de los lavaderos del pueblo se puede admirar la Mata de Darmós, un enorme lentisco catalogado como árbol monumental y que figura en su escudo. El dicho popular advierte que «quien en Darmós y no ve la mata, es como ir a Roma y no ver al Papa».