Horta de Sant Joan y Picasso

Horta de Sant Joan, con el impresionante decorado de fondo de los riscos de Els Ports, constituye una población muy atractiva para una visita pausada. Su iglesia gótica o el convento de Sant Salvador, a los pies de la singular montaña de Santa Bárbara, constituyen espacios que no pasan desapercibidos. Sin embargo, el pueblo de Orta —escrito como defienden algunos estudiosos— mantuvo una relación muy especial con Pablo Picasso. El genial pintor aseguró una vez que «todo lo que sé lo he aprendido en Horta». Realizó dos estancias. La primera tuvo lugar en 1898, cuando llegó convaleciente, con dieciséis años y en compañía de su amigo Manuel Pallarès, hijo del pueblo. Durante aquella estancia Picasso experimentó una verdadera transformación en contacto con la naturaleza salvaje de Els Ports y el mundo rural de Orta. En una ocasión aseguró que allí había experimentado «mis emociones más puras».

La segunda estancia tuvo lugar en verano de 1909. Picasso era ya un joven pintor con prestigio entre las vanguardias parisinas y llegó con su compañera Fernande Olivier, que causó gran sensación entre la población local. Los expertos consideran que fue en Orta donde nació el cubismo picassiano. Actualmente, el Centro Picasso de Orta ofrece una inspiradora visita sobre la vida, la obra del pintor y sobre su estancia en la localidad.