El célebre y temido caudillo carlista Ramon Cabrera, el Tigre del Maestrazgo, fue quien mandó construir el castillo actual en 1837, probablemente, sobre los restos de una fortificación anterior. Se levanta sobre la colina que domina el meandro de Flix y parece que tenía como misión proteger el centenario paso de barca del camino a Lleida que había habido debajo. Históricamente, su situación geográfica le convirtió en uno de los más importantes de la comarca, junto con el castillo de Mequinenza y el castillo de Miravet. Ésta fue una fortificación muy sólida que no fue ocupada hasta el final de la última guerra carlista, el 19 de junio de 1875. El año 2006 fue restaurado y es visitable con reserva previa. Las vistas que se otean son excelentes.